viernes, 2 de octubre de 2015

¿Por qué fantasía?


"Deberías plantearte entrar en otro género"; "No leo de esas cosas raras"; "Con todo lo que hay que contar del mundo real y tú vas y te inventas otro"; "Ya estás mayorcita para jugar a escribir sobre dragones y hadas. Pon los pies en la tierra".

No habéis entendido nada. Muchas veces, no queréis ni intentarlo.

Nada que inventemos expresa otra cosa que la realidad.

La fantasía es mucho más que puro entretenimiento. La fantasía es una inmensa alegoría del mundo, el reflejo distorsionado de la realidad para alcanzar un conocimiento mayor de aquellas cosas que no somos capaces de ver con claridad porque están veladas por nuestros prejuicios o nuestra indiferencia.

La fantasía es capaz de echar por tierra todo lo que sabemos, para volver a aprender. Lava los ojos y revuelve la mente obligándonos a reclasificar todo. Mezcla, retuerce, sacude lo que creemos saber. Cambia el foco, desvía nuestra atención de lo urgente para centrarla en lo que es importante aunque nos pase desapercibido.

La fantasía es una herramienta inigualable para romper la baraja, para desandar el camino, para bajarnos del burro. Ningún otro género tiene una capacidad comparable para descartar nuestros manidos prejuicios y miedos, para arrancar de raíz lo que aprendimos sin siquiera cuestionarlo.

La fantasía no es una huída del mundo real, es un acercamiento desde otro ángulo, uno que nos permite una perspectiva desligada de nuestras cadenas ficticias de impotencia y derrota ante aquello que nos dijeron que no podemos hacer, pensar o decir.

La fantasía, la buena fantasía, es un cubo de agua helada que despierta nuestra curiosidad para revisar el mundo y la relación que tenemos con él. Nos hace cuestionarnos, a nosotros mismos, a los demás, a lo que nos rodea. Nos habla de ética, de sentimientos, de política, de superación, de filosofía. Es un revulsivo moral que no va dirigido a los demás, sino a nosotros mismos.

La fantasía es un espejo de feria que, bien diseñado, resalta virtudes y defectos, esos que en los espejos normales no podemos ver, no sabemos ver, porque son tan pequeños… Pero están ahí, y merecen una atención que no les damos si nadie nos los muestra de otro modo.

La fantasía no conoce de limitaciones sociales, no entiende de verdades y mentiras, todo lo revisa, todo lo pone en duda para que quien la disfrute pueda encontrar sus verdades en ella sin que nada ni nadie pueda elegirlas por él.

La fantasía es, para los autores, un medio de arrancar al lector de la banal rutina, de la indiferencia que provocan las maldades reiteradas, de darle una bofetada y centrarle en lo que tiene valor, hacer que reevalúe sus prioridades y revise sus principios. Deshacemos un mundo para reconstruirlo de un modo que haga visible lo que no vemos, creíble lo que falazmente nos inculcan que no lo es. Pero ese mundo ficticio está construido con lo mismo que el mundo real, está hecho de emociones, personas, relaciones, deseos, decisiones, necesidades... Está hecho de realidad.

viernes, 6 de febrero de 2015

¿Pero por qué no sale ya la continuación de "La Marca del Guerrero"?




Saludos, Marcados.

Me siento en la obligación de explicaros por qué no se ha publicado todavía la continuación de "La Marca del Guerrero" que os prometí que escribiría. Dado que tengo la costumbre de escribir un libro por año de media, ya debería estar acabado. ¿Qué ocurre, pues?

Lo cierto es que al terminar la Marca estaba completamente agotada y necesitaba un descanso. El problema fue que cierto personaje (para más señas, Taisham Aivanek) empezó a darme vueltas por la cabeza para que escribiera su historia. Por un tiempo me resistí al impulso, lo que fue una mala idea, pues cuando finalmente cedí escribí la burrada de un capítulo al día en una especie de fiebre loca hasta que logré quitármelo de la cabeza. No pensaba que fuera a publicar la historia y no la diseñé para ello, pero después de empezar a recibir tantas críticas positivas pidiendo una continuación de la Marca, pensé que podría aprovechar el material que demandabais.

El problema es que el libro que escribí no estaba diseñado para un lector, no tenía la calidad ni la estructura debidas, así que me puse a trabajar el texto. Me di cuenta de que querríais no solo la historia de los personajes, sino la continuación de la trama, y empecé a crear el material adicional. Hasta ahí todo normal. Pero ¡amigo! resulta que al empezar la reestructuración del material nuevo y viejo… ¡Ha salido una novela de más de 1000 páginas! ¿Y qué problema hay con eso? Bueno, es una novela demasiado larga, cara de imprimir para la editorial, más difícil de vender para gente que no quiere novelas largas y, lo más importante, con una cantidad de tramas y complejidad confusa para el lector medio.

Podría dividir la novela, por supuesto, pero esto tiene un problema grave: no tiene una conclusión satisfactoria en ninguna de sus partes, exceptuando, claro está, el final de la novela. Podría haber quitado todas las tramas secundarias y dejar la principal, pero sería un libro sólo de personajes y no creo que sea lo que buscáis la mayoría. No es el estilo de la Marca, que usa la trama para apretar las tuercas y llevar al límite a los personajes. Tampoco podía quitar la parte del personaje y dejar la trama nueva, porque no se entenderían cuestiones vitales de la trama, y tampoco al personaje central.

Así las cosas, sólo tengo una opción: Recortar material. Es un trabajo duro, que duele, os lo aseguro. Pero es necesario. Y complicado, que es otra de las razones por las que está tardando en salir.

¿Qué pasará con el material recortado? Bueno, lo pondré en la página web para que los que más os gusta la Marca tengáis jugoso material adicional. Algunas partes muy jugosas, aunque por supuesto reservaré y cribaré lo mejor y lo más importante para el libro. Es una tarea ardua y os pido paciencia.

Os agradezco a todos los que me preguntáis por la continuación de la Marca. Os adoro, y no quiero decepcionaros, así que os pido cuartel, para la feria del libro como tarde estará acabado, tenéis mi palabra.

TF Famux