Sinopsis


El Reino se ha constituido sobre los cimientos de una sociedad humana derrumbada tras las épocas llamadas del Fuego y del Castigo, en las cuales la destrucción y sus consecuencias llevaron al género humano al borde del propio exterminio. Decididos a no caer en los mismos errores, los hombres han reconstruido su sociedad feudal con valores en los que (en principio) debe primar la protección de los animales casi extintos, la ausencia de guerras y la regeneración de la tierra.
La realidad dista mucho de ello a medida que se va ascendiendo en la escala jerárquica, puesto que los intereses económicos chocan con estos principios éticos inculcados mediante la religión, impuesta por la poderosa y corrupta Institución, lo que lleva a construir una pirámide de mentiras en la que el ejército y los soldados allí destinados se ven obligados a formar parte de un trama que sólo conviene a los más poderosos señores.
Armiat, un muchacho demasiado joven, es marcado por los dioses para convertirse en guerrero. Sin posibilidad de escapar de este destino impuesto, es obligado a alistarse. Al no haber llegado a la edad que se considera habitual para ejercer la profesión soldadesca, Armiat es tachado de maldito por la Institución y enviado a la Mina, peligroso epicentro de toda la confabulación y nido de unas criaturas mitológica asesinas.
Entretanto, la situación política del reino no es menos precaria. Sefeide Aivanek, señor de la  única familia de alta nobleza aparte de la real y ayudado por sus fieles servidores, los Someti, está dispuesto a hacer lo que sea necesario para conseguir la corona, incluido traicionar a su propia sangre o aliarse con los bárbaros de más allá de la frontera. Sus bien elaborados planes llevarán a las familias menores a considerarse responsables de la sacudida política que desestabilizará el reino, mientras que él trata de beneficiarse de las consecuencias.
En medio de esta trama se verán envueltos los pacíficos bárbaros que, cansados del hostigamiento de los civilizados sobre sus tierras y ajenos a las intenciones de Sefeide de convertir el reino en un imperio en expansión, se plantearán participar en una guerra en la que no serán más que peones prescindibles de los que librarse una vez conseguidos los objetivos. Sin embargo, los bárbaros no resultarán tan ingenuos ni tan inofensivos como todos piensan.
También se involucrarán en este panorama político los Rebeldes, civilizados que descubrieron la trama de sus gobernantes y que verán en este caos político, y gracias a una inesperada mano del destino, un modo de llevar a término sus intenciones, añadiendo otro bando a este cada vez más tambaleante juego de poder.
Esta mano del destino viene de Maltés, el hijo menor de los Aivanek, que será secuestrado por los mismos rebeldes debido a un engaño basado en la traición. Su líder descubrirá que el niño tiene una inteligencia insospechada que pueden usar en su propio beneficio. Por su parte, el muchacho ha vivido en una depresión continua por los rechazos de su padre, que le han llevado a menospreciar su valía y le han mantenido, hasta ese momento, en una resignada indiferencia. No obstante, al encontrar gente que aprecia su verdadero valor, Maltés desplegará de manera asombrosa todo su potencial, llegando a convertirse en un peligroso jugador más, y no uno cualquiera, de esta enrevesada trama.