viernes, 23 de noviembre de 2012

Qué es coeditar, sin tapujos

La coedición se ha convertido en un método habitual de publicación, pero no voy a discutir aquí si es mejor o peor método que otros. No, lo que pretendo con este artículo es que la gente que se plantea coeditar sepa de verdad lo que está haciendo.


En primer lugar, vamos a definir brevemente qué es coeditar. Las coediciones consisten en que el autor y la editorial se repartan los costes de publicación de una obra. Las coediciones no son equitativas, un autor puede pagar más o menos del porcentaje final del “coste” de la publicación respecto a la editorial.

¿Habéis visto el entrecomillado del “coste”? No está ahí por casualidad, luego se explicará porqué es esto. Pero vayamos por orden. Primero de todo, hay que saber identificar una coeditorial. ¿Por qué digo esto? Muchas coeditoriales dicen abiertamente que lo son, pero algunas se niegan a considerarse como tales, y se reafirman en que no son coeditoriales una y otra vez. Sin embargo, hay trucos en sus contratos. Es lo que yo llamo coedición encubierta.

La coedición encubierta:
 

Estas son las técnicas equívocas con las que me he encontrado, básicamente, con pequeñas variantes:


Venta mínima de ejemplares: En este caso la (por supuesto) no-coeditorial nos ofrece una edición gratuita, a condición de que nos comprometamos a una venta obligatoria de ejemplares, que por lo general será de una tirada mínima (unos 100 ejemplares) y de la que cobraremos de 0 a una mínima parte. De esta forma, ellos se aseguran de cubrir los gastos. ¿Por qué digo que esto es coedición? Porque asumes un compromiso con la editorial de pagar una cantidad X de libros, a ellos no les importará si en vez de tú pagan amigos, familiares y otros allegados a tu proyecto, el caso es que se pague. ¿Y si no vendes la cantidad mínima para cubrir los gastos? Pues sencillo, tienes que abonar lo que reste tú mismo. Así la editorial cubre gastos sí o sí; vamos, que su riesgo, su aporte económico y su apoyo es el de cualquier coeditorial, aunque el método varíe. Tened en cuenta que el porcentaje de la distribución, nulo en este caso, es del 50%, por lo que se llevan la cantidad necesaria y de sobra.

Publicación en bruto: Llamo publicación en bruto a esas editoriales online que ofrecen publicar gratis como ebook bajo su sello, pero que te imponen un gasto para los servicios editoriales básicos como el diseño de portada, el análisis de estilo, la maquetación del texto, etc.

Publicidad: En este caso se pretende poner publicidad dentro del libro, publicidad de amigos y vecinos con un negocio que estén dispuestos a poner dinero o, más a menudo, comprar cierto número de ejemplares a cambio de salir en las páginas de tu libro, con su logotipo y slogan al final, por ejemplo. Este método es similar al de venta mínima de ejemplares, porque lo que se busca es conseguir que se asegure un número de libros vendidos. Y de nuevo son terceros los que pagan tu parte en este tipo de coedición encubierta.

Verdades y mentirijillas de las coeditoriales.

Ahora que ya sabemos identificar a las coeditoriales, vamos a ver algunas de las cosas que nos dicen y algunas de las que no nos dicen.

Pagamos a medias: Así, entre tú y yo, cargamos con los costes, te dicen. Y tú, corderito, que acabas de aterrizar en este mundo salvaje e impío de la edición, te lo crees. Te pasan un presupuesto detallado conjunto y luego dividen el “coste” en la parte proporcional (por lo general 50-50 del porcentaje) que pagan ellos y que pagas tú. Y tú agradeces que ellos paguen la mitad porque creen en tu proyecto. Lo agradeces sin ponerte a mirar detenidamente los precios del coste de edición que son iguales o superiores a lo que te costaría hacerlo contratando profesionales por tus propios medios, sin tomar en cuenta que ellos tienen personal directo que se encarga de ese trabajo a un coste mucho menor. Más o menos por la mitad. La mitad que pagas tú, concretamente.

Todos los libros pasan un filtro de calidad: Bueno, según mi experiencia esto es altamente dudoso. No olvidemos que ellos no arriesgan nada en la coedición, por lo que el hecho de que el libro sea bueno o malo no influye en sus beneficios; ellos cobran igual (y ese es el verdadero problema de fondo de la coedición, no otro). Sin embargo, si tú compras un libro de la editorial X y es malo, no se crearán buena fama, y podemos pensar que eso les influye. Os invito a experimentar al respecto. En mi caso, mandé a varias coeditoriales dos novelas, una buena y otra más bien mala. Sorprendentemente en todos los casos de coedición abierta me aceptaron ambas obras y me enviaron presupuestos, mientras que en las encubiertas de preventa, que dependen para sus ingresos de que tus amigos y conocidos puedan ayudarte a pagar (y sus bolsillos tienen un tope), me pidieron amablemente que enviara solo una (sin molestarse en revisar cuál era mejor).

Tu libro siempre estará disponible: “Porque después de la tirada inicial, trabajamos bajo demanda, y cualquiera que quiera tu libro lo va a tener”. Esto significa que no van a imprimir ni un solo libro que no esté comprado de antemano. Es decir, que nadie va a verlo al pasar por la librería y decidirse a comprarlo, tiene que buscarlo explícitamente. Lo traduzco porque la cosa llama a engaño.

Nosotros te publicitamos: “Vamos a meter el libro en nuestra lista para que las librerías puedan pedirlo, vamos a comentarlo en las redes sociales, vamos a anunciarlo en nuestro newsletter…”. Como conoces su limitado grupo de Facebook y tú, siendo escritor, no estás apuntado a casi ningún newsletter de editoriales, no te gusta mucho esta parte… hasta que dicen las palabras mágicas, que son: “Nota de Prensa”. “Vamos a enviar una nota de prensa a los medios”. Y claro, ante esto no puedes sino sentir ganas de firmar y pagar lo que sea. Pues bien, querido amigo, una nota de prensa no es más que una nota que se escribe a los medios, los cuales reciben miles de ellas, y sólo atienden a las que vienen de las editoriales importantes. Especialmente cuando estas coeditoriales con las que tratas sacan libros como churros y envían demasiadas notas de prensa que, lo siento mucho, van en su inmensa mayoría a la papelera sin que ni las miren siquiera.

Con internet, cualquiera puede llegar a tu libro:  Por supuesto, esto es cierto. Pero internet es enorme. El problema no es que el libro esté en internet, sino que tiene que estar visible. Por ejemplo, imagínate que estás buscando un bonito hotel para pasar el fin de semana y decides ir al hotel X. Buscas Hotel X en internet y lo encuentras. ¡Estupendo! ¡Funciona! Ahora imagina por el contrario que no sabes donde ir y buscas “Hotel”. Porque con esa publicidad, poca gente ajena a ti va a conocer el nombre del libro. Imagina la cantidad de resultados que hay para “Hotel” en todo el mundo. Ahora imagina que no son hoteles, sino libros. Seguro que captas la magnitud del problema.


Conclusión

No tengo nada en contra de las personas que sacan sus libros en este formato de edición, ni tampoco contra las coeditoriales (aunque podían ser más claras en sus servicios), ni contra nadie. No digo que la coedición sea inútil. Me limito a informar de aquello que muchos autores noveles desconocen y que es sistemáticamente ocultado.

Debo mostrar mi agradecimiento a las muchas coeditoriales que con sus propuestas me han hecho aprender tanto de este mundillo.

(Artículo dela autora, derechos copyleft)

2 comentarios:

  1. Interesentísimo artículo y todo muy bien explicado. Sin duda, hay que tener mil ojos ante estas cosas... porque pones en juego tu novela.

    Un saludo!

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  2. Yo soy historiador (por estudios y por profesión) y suelo colaborar con algunas editoriales. En todas cobro, y en alguna incluso me llevo algún adelanto; en cualquier caso nunca me he hecho rico ni creo que lo llegue a hacer. Mis textos tienen un público pequeño, pero ahí están, y de tarde en tarde algún periódico les dedica un artículo o una breve reseña.

    Sin embargo, cada cierto tiempo me escribe alguna "editorial" diciéndome que les interesa muchísimo mi trabajo, que quieren publicarme, etc. Y yo les digo: "Me alegra que se pongan en contacto conmigo. Trabajo ya con tal y cual, cobro tanto y mi público objetivo es tal. Espero noticias suyas." Y o no recibo noticias, o me escriben diciendo que la cosa está muy mal y yo tengo que pagar una parte. Y mi respuesta siempre es: "Imagino que la imprenta no paga la mitad del libro que publican, ni la tienda de informática la mitad del ordenador con el que me están escribiendo, así que no les pidan que yo les pague por hacer mi trabajo." Y ahí, obviamente, no vuelven a escribirme.

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