Emblema:
El emblema de los Balliot luce un carro como símbolo del
comercio y un apretón de manos que recuerda el acuerdo por el cual llegaron a
ser una casa noble.
Nivel:
Casa menor
Color:
Gris y verde
Historia:
Los Balliot fueron la última casa en unirse a la nobleza. De
hecho, eran meros comerciantes que alcanzaron un peligroso nivel de riqueza. Se
suele decir que compraron con filamento (el material más preciado del reino) su
sangre noble, y no se dice sin razón. El rey ordenó a los Salvino y los
Ustípede que les vendieran una porción de sus territorios que, unido con parte
de las montañas de la Cordillera Este y el terreno de La Mina, pasó a formar el
dominio de los Balliot.
Los Balliot obedecen exclusivamente al rey, de modo que no
conocen de alianzas ni posturas políticas. Si el rey ordena un ataque, atacan,
sino, no atacan. Su vida no es ni la guerra ni la política, sino el comercio.
Cuentan con la única mina de filamento que queda en el reino
y son casi tan ricos como un Aivanek, quizás más, pero como están fuera del
juego de la política nadie les toma en cuenta para estos asuntos. Son
necesarios, no obstante, para abastecer a todo el Reino. Ellos construyeron las
mayores y mejores vías de comercio. El Camino Seco, el Camino del Sur, la Ruta
del Comercio… todo obras suyas que salieron de y se mantienen gracias a sus
abultados bolsillos.
Territorio:
No hay territorio más descuidado en todos sus aspectos que el de los Balliot. Igual no recuerdan recaudar los impuestos como pasa el
recaudador dos veces; los bandidos campan a sus anchas durante meses hasta que
de pronto el señor envía una expedición de castigo brutal; lo mismo se acuerdan
de una aldea devastada por el fuego que se olvidan de la vecina.
El gobierno de los Balliot es un auténtico desastre.
Ni que decir tiene que no se dedican a la repoblación de sus
bosques y animales, aunque ellos cuentan con la ventaja de que parte de su
territorio no formaba parte del reino y por tanto no había sido ocupado y
devastado previamente por las familias nobles.
Fama:
Los Balliot tienen fama de ser unos vividores. Son
bebedores, apostadores y frecuentadores de burdeles. Ni saben ni quieren saber
sobre honor o códigos de nobleza. Como los Cublión, son unos oportunistas,
aunque bastante menos elegantes y opuestos en relación a la previsión. Los
Balliot saben aprovechar lo que les ofrece la vida en cada momento y adaptarse
a las circunstancias con tal de conservar su nivel y modo de vida. El resto es
secundario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario